La Comisión Europea ha presentado el 14 de marzo de 2023 su nueva propuesta de reforma de la configuración del mercado de la electricidad para los 27 miembros de la Unión Europea, con el que pretende impulsar las energías renovables, proteger mejor a los consumidores y mejorar la competitividad industrial.
El documento final no es tan radical como pretendían Francia o España, ya que mantiene el modelo de fijación de precios marginal para salvar la oposición de los países nórdicos, Alemania y Holanda, pero permite estabilizar los precios de la electricidad usando menos combustibles fósiles, para avanzar en la transición hacia las energías renovables.
Aunque la reforma tendrá que ser debatida y aprobada por el Parlamento y el Consejo europeo antes de su entrada en vigor, previsiblemente a principios de 2024, acordar esta propuesta abre la puerta a comenzar a introducir cambios en las legislaciones de los países para avanzar en esta dirección.
Impulsar las energías renovables
La propuesta revisa el Reglamento sobre la electricidad, la Directiva sobre la electricidad y el Reglamento sobre la integridad y la transparencia del mercado mayorista de la energía (REMIT), incentivando contratos a más largo plazo y más estables de energías renovables para reducir el uso de combustibles fósiles, consiguiendo de esa forma estabilizar los precios de las facturas de electricidad.
La construcción de un sistema energético basado en energías renovables requerirá triplicar el despliegue de instalaciones de producción de energías limpias en la Unión Europea, garantizando un suministro de energía sostenible, independiente y asequible que permitirá avanzar en la descarbonización y la transición ecológica.
Mayor protección y capacitación de los consumidores
La crisis energética provocada por la invasión rusa de Ucrania ha supuesto una elevada carga para los consumidores europeos, que han sufrido un escenario de precios elevados y volátiles de la energía.
En este contexto, la reforma del mercado eléctrico permitirá a los consumidores y a los proveedores beneficiarse de una mayor estabilidad de precios basada en energías renovables y no fósiles.
También establece el derecho de los consumidores a elegir entre una amplia gama de contratos, incluyendo opciones a largo plazo con precios fijos que evitan los riesgos de subidas de precios y contratos de precios dinámicos para que puedan beneficiarse de los momentos en los que la electricidad es más barata.
Las nuevas normas sobre el intercambio de energías renovables permitirá a los consumidores invertir en parques eólicos o solares y vender el exceso a sus vecinos además de a su proveedor, incentivando también la instalación de soluciones de almacenamiento.
En cuanto a la protección de consumidores vulnerables, se obliga a los Estados miembros a establecer proveedores de último recurso para hogares y PYMES y a proteger de la desconexión a aquellos consumidores que tengan pagos atrasados.
Mejorar la competitividad industrial
Para mejorar la competitividad de la industria de la Unión Europea y reducir su exposición a la volatilidad de los precios, la reforma propone facilitar el despliegue de contratos a largo plazo más estables, como los contratos de compraventa de energía (CCE), a través de los cuales las empresas establecen sus propios suministros directos de energía.
También habrá nuevas obligaciones para facilitar la integración de las energías renovables en el sistema y mejorar la previsibilidad de la generación, aumentando la transparencia sobre la congestión de la red y que los plazos comerciales sean más cercanos al tiempo real.
Por último, la Agencia de Cooperación de los Reguladores de la Energía (ACER) y los reguladores nacionales tendrán una mayor capacidad para supervisar la integridad y la transparencia del mercado de la energía, reforzando las investigaciones de posibles casos de abuso de mercado de carácter transfronterizo.
En general, se avanzará en la protección de los consumidores y de la industria de la UE frente a cualquier abuso del mercado.