La calefacción es el elemento que más gasto supone en consumo de energía de los hogares, por lo que prestar atención a algunos detalles puede suponer un importante ahorro en las facturas de gas y de electricidad.
Durante los meses de invierno en particular, el gasto en calefacción supera al consumo combinado de todos los electrodomésticos de la casa, iluminación y cocina juntos.
Teniendo esto en cuenta, a continuación hemos recopilado los 10 principales consejos para ahorrar en calefacción.
1.- Instalar una bomba de calor
Si no dispones de una bomba de calor, la inversión inicial que requiere su instalación puede suponer una barrera, pero el ahorro en las facturas a medio plazo merece el esfuerzo, como recomiendan la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y la Comisión Europea a través de su programa RePowerEU.
Las bombas de calor son equipos muy eficientes capaces de aprovechar al máximo la energía con un consumo mucho menor, además de usar electricidad en lugar de combustibles fósiles.
Su funcionamiento consiste en trasportar energía existente sin realizar combustión, consiguiendo un alto rendimiento.
Uno de los sistemas más usados es la aerotermia, que toma la energía del aire exterior mediante un circuito de fluido refrigerante para introducirla en el sistema de climatización.
Si no te decides por una bomba de calor, las calderas de condensación a gas son menos eficientes, pero permiten ahorrar hasta un 30% de energía en comparación con las calderas convencionales.
2.- Aislar puertas y ventanas
En los meses más fríos, la diferencia entre la temperatura interior de una casa con calefacción y la exterior es muy grande y el calor tiende a expandirse de un lado al otro con mucha facilidad si existen puntos de contacto, conocidos como puentes térmicos.
En este sentido, en una casa bien aislada, las puertas y ventanas son los principales lugares por los que se escapa el calor, provocando un mayor consumo de energía.
En el caso de las ventanas, colocar un doble cristal con rotura de puente térmico permite reducir la pérdida de energía en hasta un 50%.
Para las puertas, colocar burletes, esterillas o alfombras en el hueco entre la puerta y el suelo puede ayudar a reducir mucho la pérdida de calor.
3.- Usar termostatos digitales programables
Los termostatos de calefacción permiten apagar la calefacción y volverla a conectar de forma automática para mantener la vivienda a la temperatura adecuada.
Los termostatos digitales programables permiten, además, que la calefacción se encienda o apague a horas concretas o que las temperaturas se mantengan en unos valores definidos en distintos intervalos horarios y días de la semana.
Aunque este tipo de termostatos no son baratos (unos 60 euros cada uno aproximadamente), usarlos para ajustar distintas temperaturas en cada estancia y para apagar la calefacción cuando no hay nadie en casa y por la noche permite ahorros considerables.
4.- Ajustar la temperatura en cada estancia
El diferente uso que se hace de cada estancia de la casa permite aplicar diferentes temperaturas para un uso racional de la energía en cada una de ellas sin pasar frío.
Según un informe de la Comisión Europea, cada grado menos de temperatura media de una vivienda supone reducir un 10% el consumo de energía de calefacción.
Teniendo esto en cuenta, ajustando la temperatura de cada estancia es posible reducir el consumo entre un 10 y un 20%.
En este sentido, podemos diferenciar 4 tipos de estancias:
- 1.- Sin calefacción, para aquellas estancias en las que no se suele permanecer mucho tiempo, como los trasteros, sótanos o garajes.
- 2.- Estancias frescas, entre 15 y 17ºC, en las que podemos permanecer más abrigados como los dormitorios, o que son de paso como los pasillos.
- 3.- Calefacción intermedia, alrededor de los 18ºC, para las estancias en las que se desarrolla un cierto grado de actividad física, como la cocina.
- 4.- Zonas calientes, entre 19 y 20ºC, en las que se suele permanecer más tiempo sentados sin hacer ejercicio, como la sala de estar o el comedor.
5.- Apagar la calefacción por la noche y al salir de casa
Apagar la calefacción cuando la casa está vacía y por la noche permite un ahorro considerable, ya que el consumo para recuperar la temperatura de confort es mucho menor que el de mantener la temperatura durante muchas horas.
Por supuesto el ahorro es mucho mayor cuanto más tiempo se pase fuera de casa, y disponer de un programador permite que la calefacción se conecte con tiempo suficiente para no percibir ninguna diferencia.
También podemos reducir la temperatura por la noche y cuando salimos de casa en vez de apagar totalmente la calefacción, para evitar que la casa se quede demasiado fría.
El ahorro potencial que se puede obtener con esta medida está entre el 10 y el 20%.
6.- Optimizar la ventilación de la casa
Ventilar la vivienda es fundamental para eliminar olores, renovar el aire, regular la humedad y evitar que se acumulen emanaciones de los materiales del edificio.
En este sentido, la forma más eficiente de ventilar la casa para minimizar la pérdida de calor es abrir a la vez las ventanas de toda la casa en lugar de hacerlo por estancias.
Las corrientes que se producen manteniendo abiertas las ventanas y puertas de todas las estancias al mismo tiempo permiten optimizar la ventilación, reduciendo el tiempo necesario para renovar el aire y evitando que se enfríen las paredes, lo que conlleva un consumo extra de calefacción.
Lo ideal es ventilar por las mañanas, evitando perder el calor acumulado durante todo el día.
Según la Comisión Europea, el cambio en la manera de ventilar las viviendas tiene un potencial de ahorro entre un 15 y un 20%.
7.- Purgar los radiadores de agua caliente
Los radiadores de agua caliente requieren una sencilla tarea de mantenimiento anual, que consiste en sacar el aire que se acumula en ellos y que impide que se calienten adecuadamente.
Purgar los radiadores es una tarea muy fácil que solo lleva unos minutos, tan solo hay que abrir un poco el purgador usando un destornillador plano para dejar salir el aire, y cerrarlo cuando solo salga agua.
Purgar el agua de los radiadores al principio de cada temporada puede ahorrar un 5% de gasto en calefacción.
8.- Optimizar el efecto de los radiadores
Los radiadores son la principal fuente de calor de la casa, por lo que es muy importante impedir que se formen barreras térmicas a su alrededor que impidan la óptima transferencia de energía.
Colocar muebles demasiado cerca o que los tapen, el uso de cubreradiadores o usarlos para secar ropa son algunas de las prácticas que pueden elevar la factura de calefacción.
Del mismo modo, colocar paneles reflectantes detrás de los radiadores para que el calor no se acumule en la pared o instalar un sistema de ventiladores para radiadores puede ayudar a optimizar el consumo de energía.
9.- Utilizar las persianas y cortinas
Si la vivienda está orientada de forma que reciba suficientes horas de sol en las ventanas, el uso adecuado de las persianas y cortinas permite ahorrar en calefacción.
Mantener las persianas subidas en los días soleados ayuda a que se caliente el interior de la casa, y cerrarlas por la noche aumenta el aislamiento.
Las cortinas, por su parte, actúan como un aislante adicional para que no se escape el calor y protegiendo del frío del exterior.
10.- Elige la mejor tarifa
Tanto si tu calefacción es eléctrica como si es de gas, tener la mejor tarifa energética es esencial para ahorrar en la factura de la calefacción.
Utiliza una calculadora online para ahorrar en tus facturas de luz y gas.
Cambiar de comercializadora energética es muy fácil y puedes empezar a disfrutar del ahorro en tu próxima factura. En solo tres minutos y desde tu ordenador, tablet o móvil, podrás comenzar a pagar menos por tu consumo de luz o gas.